jueves, 14 de abril de 2011

ENCONTRÉ DRAGONES Y DEMASIADOS COMPLEJOS

¡Qué ocasión perdida! Porque el pasado nunca se supera sin la verdad. Y contar la verdad es la mejor manera de ayudar a entender y corregir. En cambio, no está nada mal la parte biográfica de la juventud de San Josemaría. Es interesante, siempre me gustaron las vidas de santos que lo demuestran en los pequeños detalles donde, además,  se nota la presencia de un experto asesor.... Pero al hablar de nuestra Guerra Civil, de nuevo aparecen los complejos que otorgan superioridad moral y cultural a la izquierda…
Porque es una pena lo mal que queda Monseñor cuando (y desde ahí la película se convierte en un tostón) niega la Cruzada “porque la violencia no puede mezclarse con la Cruz.” Vamos  a ver, vamos a ver. ¿Y qué pasó a Constantino con aquello de su fundamental victoria “gracias a este signo”? ¿Y la llamada de San Pio V a la Cruzada contra el Turco, que ocasionó la providencial victoria de Lepanto gracias a Felipe II? Aceptaría que esta película es de un progre inglés de nombre francés y que, por eso, no podemos esperar más que tópicos. Pero todos mis buenos amigos de la Obra me han dado la lata con esta peli desde hace meses y todos los alumnos de sus colegios han ido a verla…Así que es una ocasión perdida para dar la cara, para dar testimonio y aclarar el panorama cinematográfico respecto a la Guerra Civil, dominado por las concepciones alineadas con el Frente Popular y no republicanos como insiste la peli…
Además, la trama o novela es infumable de forzada, al final los anarquistas creen más en Dios que algún temprano numerario y los sentimientos no afloran en el espectador,  porque  no son creíbles.  Se salva una cierta llamada al perdón pero no se entiende quién perdona a quién,  porque la película es un continuo reflejarse  de un “no me mojo” como en  los  casos del  interesante judío que quiso convertirse,  o en el tema de la Guerra porque huyo pero no quiero huir, o me entrego para salvar a los que me esconden pero luego  no me entrego y en el que hago como que salvo a un cura de ser asesinado pero luego me escapo corriendo…Y esto es sintomático de las concepciones de los blandengues cristianos, atontolinados por falsas  interpretaciones del Concilio vendidas por la siempre eficaz propaganda izquierdosa.
Tan es así, que los periodistas cristianos que nos han vendido la peli han hablado “de valientes interpretaciones de la guerra que no gustarán a fanáticos” o  que “es una inoculación contra la guerra” cuando sabemos quién causó ésta guerra y por qué. Y además, en los planes de Dios, una terrible Guerra puede servir para sembrar de testimonios de sangre un país ahora desolado pero que está ya germinando de nuevo. Siempre, cuando medito el  misterio del mal,  me relaja aquello del pregón Pascual “Feliz la culpa que mereció tal Redentor” porque el mal, a veces, permitido,  misterioso, escandaloso, es fuente de los mayores bienes. Como el de esos santos y mártires de nuestra Cruzada, jamás equiparables a sus asesinos cobardes,  santos que morían cantando y perdonando después de haber atendido en hospitales o comedores sociales a esos que les mataban y que todos ya hemos perdonando. Pero no se puede confundir la legítima defensa con poner la otra mejilla,  y a veces, cómo no,  la Guerra es inevitable, y puede ser fuente de bien aunque ninguno la queramos. Y jamás pienso juzgar, desde nuestra comodidad actual, a quienes hicieron que España saliera de una de sus crisis más terribles que venía complicándose desde hacía años, precisamente por querer unos, siempre los mismos, borrar nuestra esencia de unidad…Al menos, con humildad, demos gracias por tantos testimonios y no nos avergoncemos. A estas alturas, hombre, no se puede conceder ni un milímetro a quienes llevan mintiendo años sobre nuestra Historia.

2 comentarios:

  1. Había leído muchas críticas pero ninguna reivindicando tan valientemente la cruzada y el orgullo por esos mártires, Testimonio único en la Historia, lección de fidelidad que debemos aprender porque nos atacarán de nuevo, de otras formas, pero con el mismo odio.

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  2. Estoy muy de acuerdo contigo, Blas, no se puede confundir el poner la otra mejilla y el perdón con la legítima defensa. Si somos atacados, no solo es un derecho sino un deber el defendernos con los medios que hagan falta, aunque sin odio que eso es lo que verdaderamente hace daño al ser humano.
    La película que comentas "encontré dragones" no iré a verla porque no creo que sea profunda ni interesante. Espero que la pelicula "Cristeros" sí lo sea.

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